domingo, 27 de noviembre de 2016

Nos hemos vuelto expertos


Gracias Amelia Arce
Llegó el siglo XXI y el ser humano se ha desarrollado de tal forma que podemos llegar a ser especialistas en lo que queramos:
-Podemos organizar grandes compañías y acumular fortunas...
-Podemos inventar aparatos tecnológicos que nos faciliten la vida de de forma extraordinaria, ahora viajamos grandes distancias en pocas horas y nos conectamos con el mundo por medio de un botón o una pantalla.
-Hemos descubierto muchas estrategias para conservar la salud o recuperarla.
-Podemos planificar la cantidad de hijos que queremos tener y cuando tenerlos.
-Podemos administrar nuestros ingresos para construir nuestras casas, educar nuestros hijos hasta un nivel superior y jubilarnos cómodamente.
   En síntesis, nos hemos vuelto expertos en vivir nuestras vidas logrando las metas que nos hemos propuesto.
   De repente todo cambia, las cosas pueden salirse de nuestro control en el momento menos esperado...
-pero ¿cómo?- Podemos preguntarnos, y nos llenamos de frases como estas:
-Lo estaba manejando tan bien.
-No se supone que tendría que haberme salido así.
-Yo estaba cumpliendo las reglas y esto no es justo.
-...
   Y cuando toda nuestra sabiduría cae por el piso nuestras quejas suben al cielo reclamando justicia.
   Mientras hablaba con Dios de toda esta gran sabiduría que hemos logrado acumular, trajo a mi mente un pensamiento "los hombres somos expertos en llegar a vivir 90 años o más con relativa salud y estabilidad, pero sólo uno puede tornarse experto de verdad, cuando está capacitado para vivir la eternidad, y para ese tipo de vida, hay UN solo experto..."
   Amigo, si lo estabas haciendo todo bien, y de repente algo se te sale de control, para un momento a pensar, pues es muy probable que alguien esté llamando tu atención a la eternidad.
   Señor, tal vez he puesto todo mi empeño en convertirme en un experto en vivir una buena vida aquí, has llamado a mi puerta, y tan solo me he revelado por tus intromisiones, perdón Jesús, ayúdame a ver un poco más las cosas como tú las ves, y a poner mis mayores sueños en la eternidad.
Amén.
Escrito por Seisa de Zambrana

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